Hace unos días (bastantes ya), abrí la puerta de casa y estaba él;
lo mire fijamente y él simplemente subió la mirada y entró; como si mi casa fuera suya.
No supe su nombre, ni nada de él, solo que era así. Esa tranquilidad natural invadió toda la habitación, y yo no tuve otra opción que rendirme y respirar a otro ritmo.
Y así, entre la calma y el silencio, me fui poniendo cómoda en el suelo debajo de mi sofá; no pensaba en nada concreto, hasta que él se movió; en ese momento solo pude pensar en ti. Por un instante.
Los instantes me sorprenden a menudo, me pierdo en ellos y sonrío; esta vez los instantes se unieron en uno solo y fui realmente feliz; tu y él, y yo debajo del sofá sobre la alfombra peluda.
Olvide cerrar la puerta, y él salio por donde había entrado; lo deje irse, al fin y al cabo no me pertenecía, como nada o nadie le pertenece a ninguno.
La vida es así; le dije hasta luego, por si alguna vez quería regresar; lo dije sinceramente y en voz baja, él seguro que escucho.
-a veces lo espero-.
banda sonora:
...Hiciste bien en olvidarte de cerrar la puerta...
ResponderEliminarABRIR! es uno de los verbos mas fascinantes que hay por estos días!
ResponderEliminary no solo por el hecho de pensar que todo puede entrar, mas bien por la posibilidad de tener flujo de algo! esa corriente continua que hace que las pelusas se vayan y se queden en un rincón!!! (EXTRAÍDAS LUEGO POR ALGÚN VENTARRÓN!)
gracias Miguel!!! - espero que tu también te olvides de cerrar puertas!-
qué difícil es vivir en esta época posmoderna...
ResponderEliminarlo mas difícil de la posmodernidad es simplemente saber que es eso!
ResponderEliminarluego ser una chica no posmoderna -sin haber llegado siquiera a la modernidad- en un mundo posmoderno es aun mas complicado!
y ya el vivir se hace difícil!!!! uffffff!