...ensimismada en mis pensamientos; -vertidos todos en una taza de café- miré de reojo la ventana empañada con el vapor que generaba tanta gente en el salón...
esa sensación de tibieza siempre me incomodó; pensé que se iría con los años, pero no. Cada vez se hacia mas insoportable.
Consideré que era un buen momento para mudarme a las montañas... cumpliría mi promesa y me alejaría del mundano ruido y de la gente que me asfixiaba (mucha de esa gente estaba en ese salón)... seria estupendo olvidarme de todo y empezar a ser feliz.
ser feliz,,,
ser feliz...
por qué siempre pensaba en futuro?
empezar a ser feliz.... -ya era claro que no lo era- pero y por qué terminaba pensando en algo que no existe?
sonreía cada cierto tiempo y tomaba pequeños sorbos de café (a veces solo para mojarme los labios), deambulé por el salón intentando no rozar a nadie hasta llegar a una esquina poco iluminada.
Tenía que dejar de pensar en la felicidad...
en ser feliz.
descubrí entre todo lo que había en el salón una pared en blanco... no había nada en ella -ni un solo cuadro, ni una sola foto- tenia la pintura gastada... y poseía todo el encanto de una pared blanca.
metí un dedo en el café, que ya estaba frío y, delicadamente lo deslice en la pared... (hasta que mi dedo estuvo limpio)
ya no era una pared blanca..
yo seguía sin ser feliz.
...no se si creía en la felicidad.
deje la taza encima de una mesita...
y salí sin que nadie lo notara.
La persona que desea abandonar el lugar en donde vive, no es feliz.
Milan Kundera
Ah, Roma tan mágica...
ResponderEliminary Kundera tan certero...
¡Qué lindo!
Un beso
=)